Beerk.
Una gran isla en medio del alocéano, hogar de una fuerte y temible tribu vikinga que la ha habitado por generaciones.
Guerreros salvajes por naturaleza y conquistadores natos. Los únicos con el valor para darles caza a las temibles criaturas aladas que rondan las islas cercanas.
Dragones.
Bestias aladas capaces de arrancar techos de casas de un solo zarpazo, y los rivales de los vikingos desde hace un siglos.
Pero, no todos los Vikingos son iguales, hay algunos habitantes de naturaleza pacífica y sin sed de sangre.
Y entre estos vikingos pacíficos esta Hiccup, un chico de catorce años, delgado y de baja estatura, nadie le creería si dijese que es el hijo del jefe de la aldea, Estoico El Vasto. Un guerrero insaciable, y un líder justo y sabio.
A pesar de ser el hijo del jefe, Hiccup (ó Hipo, como lo llamaban los niños de la aldea) No era nada popular en Beerk, no tenía amigos de su edad y debido a eso, pasaba la mayor parte de su tiempo sólo, leyendo o trabajando en la herrería del pueblo.
O al menos eso creían en la aldea.
Ya que, en sus tiempos libres, fuera de la supervisión de su padre, Hipo escapaba al bosque que rodeaba el pueblo.
Y en una pequeña cabaña de madera, frente a un fresco lago vivía Jack.
Un joven de quince años, con alborotado cabello castaño y divertidos ojos del mismo color.
Él vivía en una acogedora cabaña de madera a las afueras de Berrk junto a su madre.
Hipo habia conocido a Jack en una de sus pequeñas "Salidas" al bosque, mientras buscaba en donde había aterrizado una de las trampas que puso para un Dragón.
Pero en su lugar, se topó con Jack, que convenientemente se encontraba cortando la soga que mantenía amordazado a un pequeño dragón que lucía casi inofensivo.
Y con ese pequeño Dragón atado por una soga, inició la amistad de Jack e Hipo.