Y qué pasó con los finales felices, ese final que nos vendieron las novelas románticas donde el príncipe rescata la damisela en apuros tras haber librado mil batallas por su amor, en donde esta, por que aquí en medio de la lluvia en un parque a plena noche desahogando mi alma, lágrima tras lágrima no entiendo por qué no viene, que venga y me salve de este dolor, de esta soledad, por qué suena estúpido y cliché necesito huir y buscar una salida de este laberinto que me está consumiendo, necesito un polo tierra, alguien que me diga que todo este esfuerzo vale la pena, y si mi príncipe no llega tendré que buscarlo por mi cuenta, pero no en este estúpido y cruel mundo, no, lo buscaré en un mundo mejor, porque justo ahora comprendí que no sirve de nada seguir en esta vida de mierda, que en vez de regalarme su mejor sonrisa, no hace si no darme sonrisas huecas llenas de dientes torcidos y podridos por la maldad de quienes me rodean.