Liam era un chico de 17 años, amable, simpático, gracioso y alguien en quien podrías confiar para todo y, a pesar de eso solo tenía a Skylar, su única y mejor amiga. Y luego, estaba William, que era todo lo contrario, todo lo quería para él, era demasiado chulo y si confiabas en él para contarle algo, al día siguiente, lo sabrían todos, y con detalles. Aunque no se le podía culpar, después de todo, todo el mundo tiene razones para hacer las cosas, y esta no era la excepción.