Liam era un chico de 17 años, amable, simpático, gracioso y alguien en quien podrías confiar para todo y, a pesar de eso solo tenía a Skylar, su única y mejor amiga.
Y luego, estaba William, que era todo lo contrario, todo lo quería para él, era demasiado chulo y si confiabas en él para contarle algo, al día siguiente, lo sabrían todos, y con detalles.
Aunque no se le podía culpar, después de todo, todo el mundo tiene razones para hacer las cosas, y esta no era la excepción.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.