Como todas las tardes, el pequeño de cabellos naranjas arrastraba consigo a su vecino Tobio, para poder jugar en el parque y realizar alguna que otra travesura. Y aunque el azabache se negó en un principio, porque le parecía mucho más interesante permanecer en casa jugando con su pelota, el niño mayor -por solo seis meses- lograba convercerlo con sus enormes orbes color almendra.
-¡Tobio! ¡Ven, sube! Es seguro -afirmó Shoyo.
-No creo que se buena idea... -refutó el otro.
-¡Lo es! Ven, veremos desde lo alto toda la cuidad...
Con tal argumento sólo evidenció las ilusiones impresas en una idea digna de un infante de seis años, que, por supuesto, traería algunos líos. Pero, en este caso, incluso puede lograr que dos pequeñas manos se entrelacen.
One shot con una pesca muy dulce de KageHina ♡