-¿Aún recuerdas como te conocí?_preguntó el pelirrojo. -si...en un cementerio_contestó el joven vampiro. Nunca pensé que nuestra pequeña sesión espiritista llegaría a esto, después de haber jugado aquél juego que se suponía era tan peligroso nunca volví a ser el mismo de antes. Ahora vivo en un palacio con sirvientes que hacen lo que yo les ordene. Se siente bien después de todo...y pensar que todo esto fue posible por haber jugado la ouija abriendo un portal el cual nunca pude cerrar. (especial de Halloween)