-Me gusta demasiado, jamás me dejará de gustar.-Dije en voz baja sin poder ocultar lo mucho que me atraía al verlo pasar con Tyron y Adam
Amelia me miró pícaramente para luego guiñarme el ojo izquierdo.-Te dije que mi hermano provocaba eso en las mujeres. -Tomó mi mano y suspiro.
Se me encogió el corazón, sabía porque suspiraba...
-Ara, Adam está muy enamorado de ti... -Dijo en tono bajo y con poco de lástima dibujada en sus ojos.
Miré a Adam correr por el campo de fútbol con los chicos en su modo serio, siempre concentrado en el juego como capitán del equipo.
Sí, era hermoso, tenía el cabello color ceniza, un cuerpo bien tonificado, era alto, gracioso, buen chico, amable y desde que lo conocí a los doce años él se enamoró de mí.
-Sí, lo sé, pero... Lia, sabes lo que siento por Gideon.-Dije con melancolía mientras sentía mi corazón encogerse.
Ella asintió y me abrazo...
- Ara... Gideon nunca termina bien con ninguna mujer... Gid, no es del tipo de hombres que entrega todo... es como papá... las mujeres solo están para procrear y ya...-Dijo con mucha lastima mientras me dejaba de abrazar y me tendía la mano para salir del Campus.
No paso mucho cuando lo sentí detrás de mi antes de abandonar el campus... esa mala costumbre que odiaba pero amaba.
-Princesita Rosa, me resulta extraño no verte con una prenda ridículamente rosa.-Dijo en tono seco y frió.
»Una Princesa Vestida De Rosa,
Una historia de locura,
Amor y pasión«