Estoy aquí, sentada, escribiendo para aquel que no tiene voz, escribiendo para aquel que quiera reconocer las palabras de una escritora, de aquella que se sumerge en la utopía perfecta de un deseo, en personas que alguna vez le pertenecieron, en la que se pierde en la luna y en la historia que esconde cada estrella que habita la noche, eso sí, la que vive en los sueños y la que encuentra el amor en los recuerdos, relatándolos como la más perfecta alegoría de la crónica de un ensueño infalible. Aquí estoy yo, para escribir y convertirte en mi más perfecta historia de amor.