-No soy tu amigo. No planeo serlo. No me hables o busques, alejate por tu bien. Un buen comienzo para una gran historia, me dije a mi misma irónica. ¿Y ahora cómo terminaría el puñetero trabajo que nos asignaron? Mi compañero y mi futura posibilidad de una beca universitaria se iban caminando de la mano por el pasillo y yo no hacia nada para detenerlos.