Young saeng lo consideraba su mejor amigo, el muchacho con quien más confianza podría tener, su mayor y más valiosa amistad. Era incapaz de asociarlo a la más cercana o remota idea de un sentimiento distinto. Pero lo necesitaba... ante el dilema -que el mismo se había impuesto- de casarse con un hombre al que no amaba, sólo porque había tenido intimidad con él.