Agnez siempre creyó que nunca pasaría algo inusual en su monótona vida, siempre la misma rutina, levantarse, irse a la escuela, perder tiempo en la biblioteca publica, regresar a casa y dormir. Hasta un día que recibió una carta de solicitud de escuela, pero no cualquier escuela. Llegar a hacer parte de la escuela de dragones