Me llamo Alessandro De Luca, tengo 17 años de edad voy en el instituto más conocido de la ciudad, gracias a mi ¨querido¨ padre, vivía en Florencia desde que tengo memoria.
No encontraba nada que hacer aparte de robar, torturar, traficar, beber, fumar y acostarme con cualquier mujer que quisiera, ese era mi estilo de vida, estaba cansado de las putas y las falsas amantes que juran amarte y lo que en realidad quieren de ti es tu físico y tu dinero. Desde hace años no he sentido lo que es amor y si lo sentí no recuerdo como era aquello. Pero cuando menos me lo esperaba la conocí a ella, en el patio de la casa de la mamá de una amiga de mi madre, ahí se encontraba aquella preciosa mujer, estaba cantando una hermosa y dulce canción, el viento pegaba en su corta cabellera color castaño con reflejos dorados, lo tenía rizado en las puntas de este, llevaba puesto un vestido color perla, no llegue a ver su cara hasta que voltio a verme sorprendida por saber que alguien la estaba escuchando cantar...
Ahí se encontraban esas extrañas mariposas en el estomago, nervioso y con un nudo en la garganta, aquella chica era hermosa, perfecta...
Perfecta para mí.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...