Hace siglos surgió una guerra entre Dios y Lucifer. Cuando Lucifer cayó en desgracia y fue desterrado al Infierno, un juego eterno comenzó y todos nos convertimos en míseras piezas de ajedrez. Tan lejos llegó la partida, que ni a uno ni a otro le importaban los efectos de sus actos ni los peones que cayeran. En cierto momento, Dios quiso detener la red de oscuridad que estaban tejiendo sobre el mundo. Y así, nació Gaizkane, con el don de las almas y gran sabiduría, con la misión de guiar a los espíritus al Inframundo. Así nació la Muerte. Tras tanto tiempo, lidiando con tantas vidas perdidas y no comprende los sentimientos. Amor, añoranza, júbilo, orgullo... palabras vacías en sus oídos. Su vida está consagrada a la Muerte, y esa oscuridad es lo único que conoce, salvo a Lucifer, quien hace su tiempo más llevadero. Pero una semilla ha empezado a brotar en su interior. Y no entiende qué está sacudiendo los cimientos de su estructurado mundo.