No soy la típica rubia, bonita de ojos azules y grandes rulos hasta la cintura de pelo de rapunzel bello y bonito que brilla con el sol y que jamás le llega la menstruación y que tiene mucho dinero y papás grandiosos que les va a contar su gran historia de amor con flores, corazones y sentimientos compartidos con el chico más guapo del instituto. De hecho, vengo a contarles el amor verdadero (me refiero a los rechazos de los chicos y las típicas zorras que te arruinan la vida, eso es el verdadero amor), durante mis años en secundaria.