-Me permites ser el afortunado de ser locamente feliz al lado de una princesa como tu?- me dijo y yo reí. -no soy una princesa, de hecho ni me acerco a serlo- -tu eres la persona más maravillosa del mundo, y aunque lo niegues, eres mi princesa, la razón de mi felicidad- Después de decir eso sentí sus fuertes brazos cargandome y dándome vueltas, me bajo y me dio un dulce beso en los labios. Pensar que antes sentía estar en el el vacío y ahora el es la persona que me ha rescatado de caer, el es mi felicidad y yo soy su princesa.
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