En la provincia de Mirinor-Tesan reina la paz desde hace siglos. En pequeñas comunidades, las astorlim llevan una vida de serenidad y armonía con la naturaleza, tal y como lo hicieron sus antepasados desde el comienzo de los tiempos. Nerim vive en la ciudad de Libernit, la urbe que se alza en las profundidades de un frondoso valle de dorados árboles. Trabaja en la guardia de la ciudad, y día tras día se levanta temprano para completar su entrenamiento matinal. Sin embargo, su trabajo no la satisface del todo, pues considera que el cuerpo militar de la ciudad ha perdido la fuerza e implacabilidad que ostentaba hace años.