Princesa de las Brujas "Una Aventura Mágica"

La Princesa de las brujas
Una aventura Mágica
Habían pasado unos cuantos años desde que la reina Resplandor había escapado de las garras de su hermana la malvada Baldagar al hermoso palacio de cristal que en cada entrada estaba resguardada por un guardia real con el más iluminado traje que a primera vista pareciera ser transparente. Su pequeña hija tiene entre cuatro a cinco años, una traviesa y divertida princesita que realiza travesuras a las hadas y duendes mágicos. El castillo Wichbran reino de las brujas es gobernado por la reina Aenhor y dos de sus hermanas. Como todos sabemos ellas siempre en los cuentos son malévolas, y con rostros horribles, pero existen brujas buenas. De modo que en esta oportunidad esta historia se entrelaza el reino de las hadas y de las brujas en uno sólo. De la forma que se ocultan a los ojos de los sin magia, bajo la protección de las brujas para intimidar a sus enemigos y así poder tener tiempo para escapar. El cristal Brujaliz es quien les da los poderes. Un día los bosques se estaban incendiando y por más esfuerzo de parte de la reina Resplandor no puede lograrlo, es en ese momento que un anciano indefenso le pide que le entregue su cristal de luz y con su ayuda puede salvar los animales, hadas, criaturas mágicas y la naturaleza que se estaban consumiendo por el feroz fuego. La reina Resplandor exhausta se lo entrega, depositándolo en sus manos. En ese preciso instante una de las hadas le susurra en el oído que los hombres que incendian los bosques están confabulados con aquel malvado brujo Belfehor. Al entregar el cristal de luz el reino de las hadas queda a merced del cruel y despiadado brujo y la reina Resplandor encerrada y cautiva en una prisión de cristal. Es el comienzo de una aventura mágica.