Samuel Coffey evitaba las relaciones sentimentales desde el día en que dejó de creer en el amor. Pero tropezó con un pequeño Cupido en pañales... y cayó a los pies de su preciosa mamá. Ahora, Jack tenía una pierna rota, y su corazón estaba en peligro. Todo lo que tenía que hacer era rechazar la ayuda de andrea Criswell. Tenía que evitar caer en la tentación que llamaba a su puerta, y no dejarse acariciar la frente que le ardía de fiebre. Andrea sabía cómo aplacar a aquella fiera salvaje. Si no tuviera tantas ganas de encontrar un padre para su hijo ¡y al marido ideal!