Si tuvieras que repasar el final de una historia ¿por dónde empezarías? Si supieras que, aunque lo fácil siempre fue tirar de orgullo y echarle la culpa a ella que no te supo entender, toda la culpa la tienes tú, tus miedos, tus excusas, tu huída del compromiso. Si supieras que todas las respuestas que nunca te atreviste a dar dependen aún de esas preguntas que no le dejaste responder, ¿no intentarías ordenar la historia para darle sentido? Yo sí. Este es el resultado.