La vida de Annelise Pierce no ha sido fácil. El abuso físico y mental al que ha estado sometida a lo largo de sus cortos 17 años no han sido más que razones para encerrarse en sí misma. No se cree capaz de amar y mucho menos de ser amada, así que huye de todo sentimiento que no pueda controlar. Huir de todo y esconderse de sí misma siempre fueron constantes en su existencia hasta que tomó la decisión que marcaría un nuevo inicio en su vida y, en especial, aquella que la pondría en aprietos cuando alguien se dedicara a mostrarle que, quizá, valía la pena seguir adelante y amar, amar tanto que cada hebra de su ser la aferre a la vida... y a él.