Clara era una chica atrapada en su propia mente, rodeada de muchos y a su vez de ninguno. Cierta noche, en busca de calmar sus demonios, sale de casa portando nada más que una bolsa de monedas en su cartera, se dirige a un edificio a las afueras de la ciudad con su mente decidida, al llegar coloca la misma en el mostrador, dirige su mirada a una persona ubicada al fondo de una larga fila que hacía recorrido a lo largo de la gigantezca escalera, camina decidida sin mirar atrás seguida por esta figura desconocida hasta llegar a la habitación dentro de la cual, su vida cambiará para siempre.