#1 Entonces el señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Pero el hombre se volvió avaricioso, y no tardó en corromper la tierra, echarla a perder. Toda maldad merece aquel que se digna a dividir al pueblo, a destruirlo y hacerle creer que el Edén es el paraíso. Y es que, aquel que juega a ser Dios, sufre del pecado, traído directamente de la mano de la serpiente, que entre los árboles aguarda la caída de los que se hacen llamar grandes. _______ PRÓXIMAMENTE
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