Jules creía tener todo controlado antes de presentar su prueba de admisión, su futuro dependía de ello, pero nunca se imagino que su vida cambiaría por completo por el simple lugar de su asiento. Miles, el chico de la entrada de la facultad debía sentarse a su lado; alto, callado, con un porte alejado del resto, y una mirada fría y penetrante que a Jules le resultaba misteriosa y llamativa. ¿Suerte o karma? ¿Felicidad o desilusión? ¿Miedo o amor?