¿Qué tanto puedes saber de mí?
  • Reads 1,165
  • Votes 178
  • Parts 24
  • Reads 1,165
  • Votes 178
  • Parts 24
Ongoing, First published Nov 14, 2017
Desde los 11 años, veía películas de amor y sentía cómo esas dos personas que tenían contacto al mirarse, podían suspirar y decirse "Te quiero" . Desde esa edad le temía al amor, temía que alguien llegue tan lejos a conocer mis sentimientos, temía a que un día me dañarán el corazón. Tenía 16 años cuando por primera vez sentí la decepción, que mis lágrimas desbordaban todas las noches sobre mi almohada, cuando la primera vez que quise a alguien, terminó rompiendo mi corazón. Fue cuando tomé una decisión para que nadie más pudiera dañarme. Soy Romina Becher y él Christofer Lowell, no sé si lleguemos a estar juntos.
All Rights Reserved
Sign up to add ¿Qué tanto puedes saber de mí? to your library and receive updates
or
#418experiencias
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 10
Lo Que No Dijimos cover
A través del tiempo cover
Recuerdos Que Duelen  cover
Porque Para Quererte No Necesito Tenerte cover
Eres un estupido pero no te amaria si cambiarás cover
Enamórate de alguien más cover
Siempre estuviste ahí  cover
𝑩𝑬𝑭𝑶𝑹𝑬 𝑳𝑶��𝑽𝑰𝑵𝑮 cover
AMISTAD LEJANA cover
Amor Adolescente cover

Lo Que No Dijimos

28 parts Ongoing

Desde el momento en que nos conocimos, algo en el aire entre nosotros siempre fue diferente. No era una amistad común. Quizás fueron las miradas prolongadas, o los toques inesperados, o tal vez el hecho de que podíamos hablar durante horas sin que nadie mas importara. Pero ninguno de los dos habia dicho en voz alta lo que estaba en el aire: que algo mas estaba naciendo, mas allá de la amistad. Aun recuerdo el primer beso. No lo planeamos, simplemente paso. Fue tan repentino como la risa que compartimos después, como si nada hubiera cambiado. Pero yo sabia que habia algo mas en mi que simplemente la complicidad de un amigo. ¿Como podría explicarle a Bastián que mi corazón no sabia como latir solo por la amistad?. Eramos amigos, si, pero cuando sus dedos rozaban los míos, o me miraba de una forma que no podía descifrar, no podía evitar preguntarme si realmente eramos solo amigos.