- ¡vete a la mierda madre! - grite eufórica. Repleta de una ira explosiva que jamas había sido capaz de soltar. Mis lagrimas amenazaban por salir pero no iba a hacerlo. Ella no lo merecía. Ellos, no lo merecían. ¿no se supone que debian cuidarme? ¿no eran los encargados de protegerme? ¿entonces porque? Ya nada importaba. - amo a Namjoon - dije convencida de cada palabra, como si hubiese nacido sabiéndolo. Y nada de lo que sucedió después, me importo. Porque esa confesión había valido cada tunda y cada cruel palabra recibida.
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