Eduardo era un joven con pocos amigos y que en general le costaba socializar, temeroso de si mismo y por sobre todo inseguro. Bruno, en cambio, era todo lo opuesto. Seguro de si mismo y con una personalidad y carisma que lo hacían resaltar en cualquier ambiente en donde se desenvolviera. Ambos mejores amigos desde la infancia que se lograban complementar el uno con el otro y que eran lo suficiente unidos como para confiarse todo lo que les pasaba por su mente. De un día para otro la actitud de Bruno cambia, se vuelve distante, se nota cansancio en sus ojos y Eduardo como su amigo decide hacer algo al respecto. Lo invita a pasar una semana en la casa del campo de sus abuelos, para así poder entrar en confianza ambos solos y poder ayudar a su amigo con sus problemas. Lo que no se imaginaba Eduardo era que, la ayuda que tanto desea entregarle se iba a trasformar en su máxima prioridad, ya que Bruno ocultaba un terrible secreto.-