Mi Demonio Guardián. (Yo Soy El Infierno)

Maldito el Rey de los infiernos que me ató a tu lado.
Maldito el segundo exacto en que sonreíste, porque entonces supe que eras mi tempestad y al mismo tiempo serias mi caótica paz.
Te veías como un dulce tormento, Ela... mi dulce tormento.
Y aunque soy un demonio y no puedo, bendigo tus ojos que se levantaron hacia los míos.
Bendigo tu deliciosa boca, capaz de sacarme fuera del planeta con solo tocarme, y tus manos intrépidas, curiosas, que pueden paralizarme los latidos al solo roce.
Y bendita la noche que me dejaste embriagarme con tu aroma, condenándome a la locura de venerarte.
Si, en ese preciso momento me sentí flotar como nunca antes.
Empiezo a notar que las personas y el mundo pierden su existencia ante ti, Ela...
Hasta el infierno.