El fuego, pura materia ardiendo, conocido por el rastro de combustión que va dejando, otros apuntan a este como la causa de una corrosión en un corto lapso de tiempo. Es el extremo calor y la representación más grafica de lo peligroso. Se ve llamativo, pero una vez que lo tocas, deja una de las quemaduras más feroces y rara vez la cicatriz desaparece. No existía mejor comparación con este elemento que Layla Bruzzone. La rubia mas fogosa del frío infierno que era Londres, digna proveniente de la hermosa Venecia y orgullosa descendiente de un diverso linaje; español, escoces, irlandés, sueco y por supuesto italiano. La hermosa italiana, Layla, era un alma libre sin ataduras que adoraba pasearse entre dormitorios de desconocidos a medianoche. O por lo menos así era antes... La llegada de la famosa empresa de aparatos tecnológicos francesa trajo consigo un delicioso bombón francés, James Faure, quien pondrá de cabeza el lascivo mundo de Layla.All Rights Reserved
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