Él un hombre de negocios. Con tan solo 20 años tiene una hija de 4 años. Como tabajaba tanto y no podía encargarse de su hija decide contratar a una babysitter. Amanda tiene 18 años, es alta, su cabello es largo , castaño y con reflejos rubios y con una sonrisa preciosa. Ella era una chica muy curiosa, y tenía muchas preguntas como ¿Por qué era tan joven y tenía una hija? ¿Donde estaría la madre de la niña? o ¿Tendría a alguien más aparte de a su hija? y mil preguntas mas inundaban su mente , pero como Zayn era tan reservado y serio le daba miedo preguntar y respetaba su intimidad. Zayn quería mucho a su hija, cada vez que volvía de trabajar y iba a abrazarla la frialdad y seriedad que mostraba su rostro diariamente, desaparecía en el instante en que veía a su hija, era las unicas veces que él sonreía, pero de la misma forma que sonreía, paraba de sonreir a la hora de dirigirse a Amanda. Con el paso de los meses habían intercambiado muy pocas palabras, y eso a Amanda le daba rabia , quería saber más sobre él, pero no podía, y eso le frustraba. Un día Zayn llegó ebrio a casa y al fin intercambiaron algo más que un simple Hola.