Dios había perdido la fe en la humanidad. Aquel ser divino y bondadoso no lo soporto más. Su límite estaba en lo más alto provocando su ira, cansado de esperar cambios de esta decidió exterminarlos, pero para lograr su cometido tendría que hacer que el mismo humano creará a aquello que sería su asesino; Titanes. Aquellas bestias que provenían del mismo ser humano, ellos los habían creado tal y como Dios planeo desde su decepción por las personas podridas que pisaban ese bello mundo, sin embargo después de calmarse decidió darles una única y última oportunidad de poder vivir sin esos monstruos queriendo devorar a esa raza. Se me encomendó una sola tarea. No la pude seguir tal y como me ordenó el creador, le falle y mi castigo ahora es quedarme en la tierra viviendo el terror en carne pura. Estoy arrepentida de no poder controlar mi impulsó de matar al ese gigante al que ahora mismo se encuentra deshaciéndose en el verde suelo. Pero no podía ver como quería llevar a sus fauces a ese ser puro que no tiene la culpa de los pecados que han cometido los humanos de aquellas tierras. Estoy aterrada, mi ala derecha esta lastimada y no puedo volver al cielo. Un ángel viviendo un infierno en la Tierra con demonios gigantes esperando devorarla.