Allen ama a Kanda, y Kanda ama a Allen. Uno intenta negarlo y el otro ni siquiera lo sabe aún. ¿Por qué hacer las cosas tan complicadas cuando pueden ser tan fáciles? No todo lo que empieza mal termina mal. Y más importante aún, los sentimientos cambian tan rápido como lo hace el curso del viento. Seguirlos es tan fácil como aceptarlos y dejarse guiar. Ahora, solo hay que vencer el miedo a dejar que las cosas tomen su propio curso...