Y esa tarde después de hablar de nuestras diferencias me pregunto, ¿Te gustaría que hiciéramos el amor? - y yo le respondí: siempre. Fue la reconciliación más bonita de esta historia. Él fue el amor de mi vida. De esos que jamás se olvidan y que de alguna manera cada vez que cuentes la historia sentirás un nudo en la garganta. En mi piel siguen sus caricias, se supone que todas las historias tiene un final feliz pero esta historia, precisamente mi historia no la tuvo. Quedamos separados y con diferentes destinos. Y vaya que luchamos para poder seguir estando juntos pero en la vida, jamás vas a obtener lo que sueñas sino lo que te sucede. Creo querido amigo, que es cuestión de destino, quizás de casualidad o también causalidad. Pero aquí estamos, en esta noche de Enero tomándonos una copa de vino tinto. Hablando de amores inolvidables. De esos que te dejas pero no lo puedes soltar y es que de esa manera sentimos que estamos vivos... esa es la más pura evidencia de que el dolor existe y que estamos aquí, que estamos sintiendo. Ese dolor te golpea pero a la misma vez te enseña, poco a poco, te recuperas. ¿Linda noche para recordar?- comento John. Hoy es primero de Enero del 2016- arroje y después tome un sorbo de vino tinto. Brindemos, brindemos por aquellos amores- y cito mi frase: "Esos que deja pero no sueltas" Ambos tomamos nuestra copa de vino y dijimos ¡SALUD!