Érase una vez... una niña que se llamaba Caperucita amarilla _¡No, Roja!, _Ah, si Roja... Bueno pues su papá la llamaba... _¡No, no era su papá, era su mamá! justo. Su mamá la llamaba y le decía: Ve a llevarle a tu tía... ¡A la abuela! Se lo llevaba a la abuela, no a la tía... sus pastillas en una mochila, _¡No eran unas pastillas! ¡Era comida en una cesta!. Bueno, rato después, iba camino a la tienda a comprar helado, _¡que digo, iba camino a ver a su abuela!, y en ese entonces aparece un gatito muy tierno, ¡que no, todo lo contrario era el lobo feroz!. El lobo pregunto... a donde se dirigía y ella le respondió dulcemente a la casa de su bisabuelo ¡era de su abuela no de su bisabuelo! Y el lobo le dijo; _Para que llegues mas rápido a la casa de tu abuela, toma aquel camino y yo tomare este que es mas largo ¿esta bien? Caperucita nego con la cabeza y... ¡no se nego asintio!, tomo aquel camino que en realidad fue mas largo que el otro pero bueno, ella pensó que el lobo se había equivocado y lo hizo sin querer. (Rato después...) Caperucita toco la puerta y la prima le grito que pasara...¡no era la prima era el lobo que se hacia pasar por la abuelita!. Caperucita noto algo distinta a la abuelita y le empezó a preguntar...