El día que nos destruimos

Siempre fui una aficionada de las historias de terror, de chica creía que iba a llegar una edad donde se me revelarían misterios impensados, quizá que tenía la capacidad de volverme invisible o de volar. A los 8 me decía que sería a los 9, a los 9 a los 10 y así sucesivamente. Cuando fui creciendo entendí que esto no iba a pasar, y transformé este misterio impensado por otro del mismo calibre: el amor. De los 15 a los 16, de los 16 a los 17. Y así continuamente. Y acá estoy con 22 años sin entender si esa cuenta realmente termino, o si el tick-tock del reloj todavía me persigue. ¿Tendré que buscarme otro misterio inalcanzable al cual esperar? ¿O es este, sin duda, el momento que espere? Ojala no. Y estoy segura de que cuando ustedes terminen de leer mi historia, van a esperar lo mismo que yo. Como les dije, siempre fui una aficionada por las historias de terror...