"Ayu-da-me"

Abro los ojos lentamente, tratando de acostumbrarme a la radiante luz que se cuela entre mis retinas. A lo lejos puedo escuchar gemidos, gruñidos y muchos gritos desgarradores que me erizan la piel. Trato de levantarme del frío y rocoso suelo donde he estado desde ya hace muchas horas, mi cuerpo duele y no siento mis brazos; tal vez se deba a que estuve amarrada a un muy frondoso árbol toda la noche, ¡Que irónico!... En vez del árbol darme calor, yo se lo di a el.

Intento dar algunos pasos cuando logró incorporarme, pero mis piernas no reaccionan... Están entumecidas.
Repentinamente siento un dolor muy intenso en mi cuero cabelludo, y un dolor inexplicable en mis costillas, siento como mis ojos se vuelven muy pesados, por más que intento pestañear no lo consigo, me dejo caer nuevamente al desolador suelo cuando todo a mi rededor se torna en un silencio y oscuridad sepulcral.