La ilustración de la hermosa mujer de cabellos dorados y hermosa cola de escamas celestes mirando hacia la playa con una mirada llena de una abrumadora melancolía, aún permanecía fresca en su memoria, paso años deseando que al volver a leer la historia el fatídico destino de la pequeña sirena cambiara, pero eso nunca sucedido, la pequeña sirena enamorada siempre terminaba convertida en espuma de mar, odiaba aquel final, pero ahora comprendía por qué la pequeña sirena había tomado la decisión de morir antes que lastimar a quien amaba. Era un poco tonto que su primer amor hubiera sido el personaje de un cuento de hadas, pero así había sido y era esa ingenua esperanza lo que le hacía acudir religiosamente a aquella solitaria playa, imaginó que si era lo suficientemente atento vería una sirena escabullirse furtivamente entre las olas. ¿Qué tenia de malo vivir con aquella infantil ilusión que hacía que su mundo fuera mucho más brillante? Sin embargo, no siempre es bueno que los sueños se hagan realidad y su encuentro con aquella sirena estaba lejos de llevar luz a su mundo.