Pensar en la soledad, la decepción y la tristeza. Es casi como ver el fantasma de la azotea o el armario, ese que teníamos de niños, y enfrentándolo no importando las consecuencias. Es un mirar lo negativo, un cara a cara, más que salir huyendo ante el. Ponemos palabras a lo amargo, lóbrego e infausto, pero no para regodearnos en lo oscuro, si no para hallar un futuro mejor. -A. 🌙