- Hoy no hay entrenamiento, el entrenador nos pidió descansar. - Cierto. - Entonces... ¿puedo pasar por ella? - Si, no hay problema. - Está bien, te mandare un texto. - De acuerdo. - De acuerdo - dijo, y me quede allí mirándolo, ver como estaba de pie frente a mí mientras sonreía me puso de algún modo a estudiar su estúpida y hermosa sonrisa. - De acuerdo - dije y se acerco un paso hacia mí. - De acuerdo - no podía dejar de verlo, sus ojos por algún motivo me invitaban a verlo y cada que parpadeaba me dejaba ver lo largas y enchinadas de sus pestañas. - De acuerdo - dio otro paso, ya estaba tan cerca, que las puntas de nuestros pies casi chocaban e inclino su cabeza hacia mi oído.- Puedo seguir todo el día, con tal de que no me dejes de ver de la manera en que lo haces ahora. Y entonces parpadee varias veces, y retire la mirada reflexionando en su comentario y me sonroje al darme cuenta de cómo lo estaba viendo y lo cerca que estaba. - De acuerdo - me aclare la garganta -. Voy... hacía allá - apunte la mesa donde estaban las chicas -. Te veo... - Luego - completo. - De acuerdo - cerré los ojos al darme cuenta lo que había dicho. - De acuerdo Fran. Estoy segura que me vi súper torpe alejándome de su lado, casi choco con una de las mesas que estaban. - ¿Qué demonios acaba de pasar?- pregunto Abby, cuando me senté a su lado. - No me hagas hablar por favor.