"Sabes que eso no es verdad, deja de mentirme" dije ya con lágrimas en mis ojos. "Si no me crees observa esto" sacó su celular y al ver lo que me mostraba no pude creerlo. Sequé las lagrimas que cubrían mi cara, subí a mi auto y me fui de ese lugar al que no regresaría jamás. Y nunca volví a ser la misma.