Cuando tienes dieciséis años piensas que nada de lo que hagas tiene consecuencias. No eres más que un niño aprendiendo a vivir, ¿qué podría salir mal? Quizá, si supieses todo lo que podría acarrear una palabra, un gesto, o incluso una mirada, no lo hubieses hecho. Quizá, así, ella todavía estaría viva.All Rights Reserved