Pensamientos proyectados en forma de palabras, a veces con sentido, a veces son delirios de una demente.
Depende de la noche
Depende de lo que haya pasado por el día.
Los pensamientos se arremolinan en la mente como monstruos que aparecen durante la soledad. Y aún no quiero enloquecer.
**Historia de alguna manera vinculada a las dos partes de "Las Confesiones de un Alma Partida"**