- ¡Papa, Papa! - Grito un pequeño de tan solo cuatro años tomando la mano de su padre, jalando lo de la muñeca - ¡Ella sera mi novia! ¡Con ella me voy a casar! - Le hizo saber al mayor que se dio la vuelta buscando con la mirada a alguna niña de la edad de su hijo, pero no vio a ninguna, tan solo veía a gente mayor haciendo la fila para la caja del supermercado
- ¿Con quien? - Pregunto confundido
- ¡Con ella, Papa! - Apunto esta vez y el mayor se sorprendió al ver que apuntaba a una chica de unos veinte años, de cabello marrón que llevaba un carrito y sentado dentro del un pequeño niño que debia tener la misma edad de su hijo, si es que no tenia menos
- Dany, no te puedes casar con ella - Negó viendo el puchero de su hijo, eso no presagiaba nada bueno
- ¡Pero Papa! ¡La necesito para vivir! ¡Por favor! - comenzó a gritar llamando la atención de todos en la cola esta vez. Ahora ¿como le explicaba a su hijo de 4 años que no podia casarse con una extraña que le doblaba la edad o mejor dicho se la cuadriplicaba? A veces y solo a veces, Sebastián deseaba no haberse divorciado de su infiel esposa, tan solo para que ella fuera la que tuviera que lidiar con este tipo de cosas.