Phichit no es capaz de soportar el dolor de la pérdida y, convencido en apagar los demoníacos alaridos de su conciencia, y sus dolorosas torturas mentales, toma una decisión que parece producir algo de calma en aquel instante. Lo que Phichit no sabía, es que en aquel instante, se condenó a un infierno eterno. ---- Relato rápido que apareció en la madrugada por causa de un desahogo cualquiera.All Rights Reserved
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