Cuando el machismo estaba a todo su esplendor en México, ninguna mujer tenía permitido opinar, ninguna mujer podía ser más que una mujer. Eran débiles, solo servían para procrear niños. Su único deber era complacer a su marido. A ella le enseñaron a ser la mejor, la más bonita, la más inteligente, la más madura, la más sensata, la más simpática, en todo era la mejor, sin embargo ¿Cómo ser la mejor si eres solo una mujer? Ella no está destinada a ser solo una mujer, ella logrará hacer más que un hombre, en una época en la que nadie tiene permitido hablar.