SEGUNDA PARTE DE DULCE TORMENTO. ¿Vivieron felices para siempre? Justin creyó que con los años que estuvo en la cárcel se había acabado todo lo malo y podría reconstruir su vida, pero el pasado no siempre se queda atrás y hay que saber enfrentarlo. Mía creyó que el tiempo había sanado heridas y que el dolor había quedado atrás, pero en la vida pueden haber dolores aún peores que los de un corazón roto. La historia de un inmenso amor nunca deja de escribirse y la vida no deja de sorprender para bien o para mal. Justin y Mía aún tienen batallas por vivir, ¿Podrá su amor sobrevivir a todo?