Estoy encerrado. Mi destino está escrito, todo lo que pasara con mi vida está en las páginas contiguas a donde me encuentro. He visto miles de rostros, más de los que cualquiera podría imaginar, de distintos lugares, razas y religiones. Pero hay un rostro en particular que me ha robado el aliento, que me ha hecho sentir vivo de verdad, mas allá de la vida de mis páginas. Aquel rostro que deseo tener en mis manos es casi un sueño imposible, una agonía que me consume día a día. Y mi miedo más grande es que ella no sienta lo mismo por mí, porque no existo en su mundo. Yo soy el personaje de un libro y ella es mi lectora favorita.