Isaac Marinel está cansado de todo y de todos. La vida escolar no es divertida para nadie, y eso es seguro, pero cuando eres un chico gay declarado en un mundo donde obviamente eso le incomoda a la mayoría y que, curiosamente, a la gente le parece una excelente idea meter sus narices en las vidas de los demás, no te la pasas muy bien. Daniel Newton, parece ser una de esas personas, sin embargo, llega a ser muy agradable cuando se lo conoce. Sorprendentemente más sensible de lo que alguien como él lo tiene permitido: Es todo un llorón de clóset. Ser popular no es tan fácil. Todo esto habría estado bien, si ambos no hubieran acabado en ese salón tan ruidoso, luchando por que no fuera tan tortuoso como el resto de sus vidas. Advertencia: Las autoras somos estúpidas y nos gusta valer verga. Lean bajo el riesgo de morir de una hernia ocular o que sé yo.