«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar, contraer o enredar pero nunca romperse».
Su historia comenzó mucho antes de siquiera imaginarlo, comenzó a tejerse junto con hebras de destino desde el momento en el que fueron concebidos, como dos corrientes de agua que al final corren hacia el mismo cauce, un millar de sucesos ya escritos y cambiantes, que como dos cuerdas ambos jóvenes se atreven a tensar, en un mundo en donde nadie conoce su destino, ¿Serán capaces de conectar?.
Anjelika lo había amado tanto que su recuerdo latente le ardía, le laceraba el alma como si de una daga se tratase, por primera vez había conocido el significado completo de la palabra "sentir" y lo había perdido, lo había perdido por cobarde, por querer tapar sus sentimientos, por querer cambiarlos. Su recuerdo era un puñal en medio del pecho, un recordatorio de que lo había tenido entre sus dedos y se le había escurrido como agua, lo había dejado ir.
Davon estaba confundido, jamás supo que sintió o dejó de sentir, pero de lo que si estaba seguro era de que entre ambos saltaban chispas, había una conexión innegable que lo dejaba mudo, atónito, y sin embargo, lo que él creía una palpable atracción no resultó ser sino una niña tratando de jugar con sus sentimientos, de revolverle la mente para después dejarlo tirado y marcharse con otro. ¿Le había afectado?, por supuesto, pero no de una forma sentimental ni romántica, le molesto equivocarse, haber confundido la amistad con amor, le hizo sentirse ridículo, así que decidió olvidarla, y lo hizo.
La historia de un amor no correspondido, pero destinado a ser.
Por que...
...Cuando dos estrellas colisionan, el suceso es memorable,
y difícil de olvidar.
#172 en Chick-Lit (23/01/18)