El destino a veces supera las cuerdas del gran titiritero. A veces el destino se ríe hasta las entrañas de las personas. Explicar el amor que tuvieron dos personas es aún más complicado. Jen, sumido en su desgracia. Amelia sumida en su ilusión. Un sentir, cubierto de distancias, espejos y luciérnagas. Disfruten del teatro de hace 10 años.All Rights Reserved