Ya sé que es invierno. Sí, ya me enteré de que falta nada para año nuevo. ¿Y? Es otra fiesta, una suma aritmética simple, tampoco es para tanto. Así lo creía aquel 31 de diciembre de 2016, a las nueve de la noche, mientras me preparaba para comer con mis tíos (y esquivaba a mi madre con el pintalabios). No sabía bien de lo que era capaz aquella francesa amante del ambiente navideño. Si Erika Zubiola se proponía algo, ya sea vestirme de rojo o hacerme sonreír en una foto, lo hacía; con más razón en aquellas fechas. Después de todo, el año que viene no tendría otra oportunidad. *** Para las #NavidadesColoridas2017
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