Leona Navarro se siente una verdadera felina. Y, además, se considera fuerte, astuta y protectora, aunque son pocos los que merecen su protección: solo su padre, su mejor amiga y su perro. La nueva empresa de ascensores En el cielo está el límite ha provocado una gran crisis en Ascensores Navarro y Leona no soporta ver a su padre hundido. Siente que lo han atacado y que, por tanto, es el momento de sacar sus garras y atacar. Cuando conoce a Alex Calvo se lleva una gran sorpresa. El culpable del sufrimiento de su padre no es un anciano inteligente, sino un jovencito al que Leona se llevaría a la cama sin dudarlo. Y justo ese se convierte en su plan de venganza cuando descubre que tiene pareja. ¿Romper su relación y recibir placer? Sin duda, le parece el castigo perfecto, aunque Alex no se lo pondrá nada fácil.